Publicaciones de paja con cobertura de oro

Algunos titulares corren como la pólvora, y generan más confusión y desinformación. Veamos un ejemplo:



Este estudio, que presume de realizarse con una muestra de población grande, de 15.968 pacientes COVID-19 hospitalizados entre enero y noviembre de 2020, en Andalucía (España), informa que:

》Se hace evidente que el «calcifediol» (comercializado como Hidroferol en España) muestra una asociación claramente mayor con la supervivencia del paciente que el «colecalciferol» (vitamina D3, la de toda la vida que puedes obtener por el sol, alimentos, suplementos y algunos fármacos que NO son Hidroferol).

》La prescripción de «colecalciferol» (vitamina D3) también muestra una mejor supervivencia que los pacientes no tratados, aunque por debajo del calcifediol (Hidroferol).

》Estos resultados anteriores se encuentran solo cuando vitamina D3 o Hidroferol se prescribe 15 días antes. Si se prescribe 30 día antes no se observan los mismos beneficios, se diluyen.


Ahora bien, este estudio en realidad NO ESTUDIA EL USO O ADMINISTRACIÓN DE NADA, solo tiene en cuenta la emisión de una RECETA MÉDICA por registro en una base de datos, SIN CONSIDERAR:

  • Qué dosis se prescriben. Y con esto para qué considerar la diferencia de potencial entre microgramos de calcifediol y colecalciferol, qué más da si ni se miran dosis… Solo se mira si se realizó una receta.
  • Si hubo cumplimiento o no. Es decir que no se sabe si los pacientes hicieron uso de la receta y se administraron las sustancias.
  • El estado sérico de la vitamina D en los pacientes hospitalizados. Por tanto, no sabemos si entre los pacientes hospitalizados a los que no se les recetó nunca vitamina D o calcifediol los hay que tomaban suplementos de vitamina D por su cuenta, o que por exposición al sol en el verano ya contaban con buenos niveles séricos. Tampoco sabemos si había pacientes que cambiaron la receta de Hidroferol por un suplemento de vitamina D3 de uso diario, y puestos a barajar posibilidades entre este «no saber nada» cabe ésta también (ya que cada vez más se consume por preferencia vitamina D3 en suplementos diarios de alta concentración).

En definitiva, poco se sabe de la realidad de los pacientes en este estudio. Por ello no comprendo el título, me parece incluso una broma: «Evidencia en el mundo real de la prescripción de calcifediol o vitamina D y tasa de mortalidad COVID-19 en una cohorte retrospectiva de pacientes andaluces hospitalizados». Este estudio es para pasar página, y mejor poner la atención en otros.

La investigación realizada relaciona recetas con resultados COVID, no personas en las que se ha administrado vitamina D o calcifediol. Vamos, que no hay ningún control de casos. En el supuesto de haberse administrado el/la paciente lo prescrito puede haberlo hecho solo recién comprado y luego haberlo abandonado u olvidado, pues la prescripción no guardaba relación con la posterior enfermedad contraída por coronavirus; la prescripción responde a tratamiento para osteoporosis u otras causas. Por ello los resultados pueden ser más favorables para 15 días que para 30 días antes de la enfermedad COVID, según los autores. Todo es un «puede», porque no hay nada sólido.

Lo vergonzoso no es que algunos de los autores tengan relación con la industria de Hidroferol ─como he llegado a escuchar─, para mí lo es que se gaste el dinero en hacer estos estudios un tanto ridículos, estudios de paja que pasan a tener cobertura de oro. Porque este estudio no aporta nada, y ni confirma ni desmiente lo que hasta hoy se sabe.


Te dejo una captura de las subvenciones que ha recibido este estudio, en vez de invertirse en estudios más útiles que de verdad aporten algo a la ciencia y la sociedad.



Siempre podemos hacernos con la paja una escoba con la que barrer basura…