Vitamina D y Enfermedad Inflamatoria Intestinal


La deficiencia de vitamina D (vit.D) es frecuente entre los pacientes con Enfermedad Inflamatoria Intestinal (EII) que incluye la colitis ulcerosa y la enfermedad de Crohn, una enfermedad que puede ser debilitante y, algunas veces, provocar complicaciones que pueden poner en riesgo la vida. Los síntomas pueden oscilar entre leves y graves, según la gravedad de la inflamación y la región donde aparece.



La investigación clínica señala el papel relevante de la vit.D en la mejora de los resultados de la enfermedad. A mayores niveles séricos de vit.D, alejados de la deficiencia, se observa en EII:

  • Menor frecuencia de recaídas.
  • Menor recurrencia postoperatoria.
  • Mayor calidad de vida.
  • Respuesta normalizada a las terapias biológicas.

La suplementación con vitamina D es una estrategia terapéutica asequible y ampliamente accesible para mejorar los resultados clínicos de la EII, para la que es conveniente seguir investigando. Su fundamento proviene de las características ampliamente estudiadas de la vitamina D en el sistema inmunitario innato y adaptativo de relevancia para la EII.


¿Cómo suplementar la vitamina D en EII?

Antes de establecer la dosis y la forma de administración se debe considerar varios factores como el grado de déficit de vit.D, la actividad de la enfermedad, la malabsorción, el peso o grado de obesidad si se presenta, los hábitos de exposición al sol entre otros.

La suplementación oral y diaria de colecalciferol (vitamina D3) es la opción preferida en la terapéutica, si bien hemos de considerar el riesgo de malabsorción intestinal en el paciente con EII, y valorar la opción oral en forma de administración sublingual de absorción rápida.

Evitaremos preparados con excipientes tipo sorbitol, que en algunas personas producen reacción adversa. Buscaremos que la vitamina esté diluida en una base aceitosa ‒preferentemente aceite de oliva virgen extra‒ presentada en frascos con dosificador, ampollas bebibles, o bien en cápsulas de gelatina (también conocidas como perlas). La opción de pastillas no es recomendable.

Al comparar las dos formas más comunes de vitamina D, ergocolecalciferol (D2) y colecalciferol (D3), el colecalciferol parece más potente que el ergocalciferol. Desde un punto de vista farmacocinético, se ha demostrado que al administrarse vit.D en bolos por inyecciones intramusculares tiende a alcanzar el mismo efecto que una dosis oral, pero el aumento en los niveles de séricos de vitamina D 25 [OH] ocurre con un mes de retraso. Por otra parte se ha demostrado que el suministro de vit.D como una gran dosis de bolo oral o intramuscular aumenta el riesgo de caídas y fracturas. Como consecuencia, el Grupo de Trabajo de Servicios Preventivos de los EE. UU. y otros, han pedido precaución sobre el uso de dosis altas de suplementos de vit.D, por lo que proporcionar suplementos de vitamina D en dosis diaria es la opción preferida.


Niveles séricos en EII | Deficiencia – Insuficiencia

Los niveles séricos de 25 [OH] D se consideran el mejor indicador de las reservas corporales de vitamina D. En los últimos años, varios estudios han revelado que la transformación a la forma activa de la vit.D (1,25 [OH] D) no solo se produce en el tejido renal, sino también en varias células de otros tejidos, incluidos los macrófagos intestinales y el sistema inmunitario. En consecuencia los niveles plasmáticos de 25 [OH] D son de gran importancia para el metabolismo de las células en diferentes tejidos.

Hasta ahora el umbral para los niveles de «deficiencia» se basa en gran medida en los niveles fisiológicos necesarios para evitar niveles elevados de hormona paratiroidea y para mantener la salud ósea, pero éste sigue siendo un tema polémico.


En mi país, como en la mayoría, los laboratorios perpetúan el rango por debajo de 20 ng / mL como deficiencia y niveles en el rango de 20-30 ng / mL como insuficiencia, sin embargo se ha sugerido que los efectos inmunomoduladores y otros efectos no esqueléticos se benefician de concentraciones aún mayores, y se solicita revisar y actualizar los rangos de referencia.

Es recomendable medir los niveles séricos:

  • Al menos una vez al año, preferiblemente durante el invierno.
  • Durante la exacerbación de la enfermedad, ya que cuando la inflamación está activa los niveles son desproporcionadamente bajos.
  • Una vez se comienza con la suplementación en un continuo monitoreo, especialmente en los primeros meses, en busca de un umbral terapéutico sin toxicidad.

¿Causa o correlación? Investiguemos

Todavía no está claro si la deficiencia de vit.D es un factor causante de la EII. Los datos disponibles respaldan que la vit.D parece ser un actor íntimo en la patogenia de la EII, es decir que tiene un papel protagonista en el curso de la enfermedad, tanto a nivel celular como fenotípico (expresión de rasgos genéticos heredados), y posiblemente como agente terapéutico para mejorar el estado de la enfermedad en los pacientes que la sufren.

Se necesita más investigación, pero nos encontramos con que investigar más a fondo no beneficia a los posibles patrocinadores. Como indica Ole Haagen Nielsen (Departamento de Gastroenterología del Hospital Herlev, Universidad de Copenhague) y sus colaboradores en su artículo Managing vitamin D deficiency in inflammatory bowel disease, ningún patrocinador industrial podría estar interesado en financiar un ensayo controlado aleatorizado de dosis adecuadas de suplementos de vitamina D (sustancia relativamente económica) en una cohorte de intervención, lo haría si fuese con un fármaco patentado.

Los mismos autores del artículo citado proponen más investigación para:

  • Aclarar cómo la vitamina D modifica los niveles de inflamación y su efecto exacto en la gravedad de la enfermedad.
  • Definir el nivel terapéutico óptimo de vitamina D 25 [OH] en la EII para beneficios extraesqueléticos.
  • Concretar si se deberían introducir otras pruebas paraclínicas como la proteína de unión a la vitamina D y la vitamina D libre y biodisponible.

Además las intervenciones deberían centrarse en los niveles de vit.D durante los períodos asintomáticos para evitar confundir, e investigar su papel terapéutico aislado o combinado con otras terapias actuales y futuras en la EII.


Beneficios extraesqueléticos

La función de la vitamina D sobre el metabolismo óseo es la más conocida pero no la única.

La forma activa de la vit.D tiene funciones endocrinas (actuando a distancia) y autocrinas (dentro de la propia célula que la produce). La función endocrina primaria es el mantenimiento de la homeostasis del calcio y el metabolismo óseo. La función autocrina de la vitamina D depende de la transcripción genética exclusiva del tipo de célula que expresa el receptor de vitamina D. Uno de estos efectos autocrinos es la modulación de las vías propias de la respuesta inflamatoria, que desempeña un papel en varias enfermedades, incluida la EII.


Imagen: mecanismos epiteliales de la vitamina D.

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NOTA: Detrás de cada artículo hay una labor y tiempo dedicado hasta llegar aquí. Se agradece su difusión y que compartas el conocimiento si te fue útil o te gustó.

IMPORTANTE: No suplementar la vitamina D sin una valoración exhaustiva de la persona, su perfil clínico y bioquímico, su estilo de vida, su hidratación y alimentación, el uso de otros complementos nutricionales y fármacos, junto a una continua monitorización. Si lo deseas puedo ayudarte.

María Hernádez Bascuñana (col. CV320)
Inmunonutrición | Nutrición, Salud y Estilo de vida | www.bascuñana.net


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BIBLIOGRAFÍA

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